¿Alguna vez has sentido que algo te incomoda, pero lo ignoras porque no quieres «complicarte la vida»? Tal vez ocupas tu tiempo con trabajo, redes sociales o distracciones, evitando cualquier silencio que te acerque a lo que realmente sientes. Esto, aunque común, es lo que llamamos evitación de emociones.
Te pongo un ejemplo:
Luis esta pasando un momento complicado en su trabajo. Cuando piensa en eso se siente incomodo y no le gusta, por eso cuando le pasa por su mente el recuerdo de algo que dijo su jefe inmediatamente dice un mantra que le gusta que dice «Fluyo con la vida, suelto lo que no es mio». Luego lavando los platos vuelve a preocuparse por el tema, entonces prende la televisión y pone un partido de futbol. Cenando con su pareja regresa el pensamiento y la sensación de incomodidad, inmediatamente toma su telefono y entra a TikTok.
La evitación parece solucionar, al menos de momento y protegernos del dolor, el miedo o la incomodidad, pero con el tiempo nos desconecta de nosotros mismos y de nuestras relaciones: cómo crees que se siente la pareja de Luis cuando le ve mirando TikTok durante las comidas?
Si te identificas con Luis o quieres profundizar un poquito en este tema, te invitarto a seguir letendo para que puedas comprender por qué evitamos sentir y cómo podemos empezar a procesar nuestras emociones de una forma más sana y compasiva.
¿Qué es la evitación de emociones?
La evitación de emociones es ese hábito de ignorar, suprimir o distraernos de lo que sentimos para evitar sentirnos «mal», lo que en psicologia llamamos malestar emocional. Aunque a primera vista parece una estrategia útil, no resuelve el problema de fondo: las emociones no desaparecen, solo se acumulan.
Por ejemplo, si sientes tristeza después de una discusión con alguien cercano, puedes ignorarlo y hacer como si nada, pero tarde o temprano esa tristeza aparecerá en forma de irritabilidad, cansancio o ansiedad.
Cuando evitamos las emociones el malestar se va acumulando, hasta que muchas veces explotamos de maneras que son poco funcionales.
¿Por qué evitamos lo que sentimos?
La evitación emocional no ocurre porque seamos «malos manejando emociones». Es un mecanismo de defensa que desarrollamos por distintas razones:
- Miedo al dolor: Sentir tristeza, enojo o miedo nos resulta incómodo, así que preferimos ignorarlo.
- Cultura y creencias: Nos enseñaron que «ser fuerte» es no llorar, no quejarse y seguir adelante. En cuanto a esto hay roles de género que nos dicen qué emociones son válidas, simplificando mucho este complejo tema podemos decir que: para los varones la única válida es el enojo y para las chicas la única prohibida es esa misma emoción (se tilda de histéricas y exageradas a las mujeres que justamente muestran enojo).
- Experiencias pasadas: Si en el pasado expresar tus emociones te trajo rechazo o vergüenza, es probable que aprendieras a evitarlas para protegerte. O si en tu familia las evitan, es normal que eso aprendieras a hacer con ellas.
Sin embargo, evitar lo que sientes solo te aleja más de entender lo que realmente necesitas.
Consecuencias de evitar tus emociones
Aunque ignorar las emociones parece la salida fácil, tiene un costo a largo plazo:
- Estrés acumulado: Las emociones no expresadas generan tensión van perpetuando un ciclo de estrés en el cuerpo que es muy dañino para la salud.
- Dificultades en las relaciones: Cuando no procesamos lo que sentimos, es probable que reaccionemos de manera impulsiva o distante con quienes nos rodean.
- Malestar físico y emocional: Dolor de cabeza, insomnio, ansiedad… El cuerpo siempre encuentra una forma de recordarnos lo que evitamos.
- Desconexión contigo mismo/a: Al evitar tus emociones, pierdes la oportunidad de conocerte mejor y de conectar con tus necesidades.
Cómo dejar la evitación de emociones
Aprender a enfrentar lo que sentimos no significa que será fácil, pero sí nos ayudará a crecer y vivir de forma más auténtica Por eso, si esta en tus posibilidades, te recomiendo acudir a psicoterapia y exploar el tema a fondo. De momento te dejo algunos pasos prácticos:
1. Vuelvete detective de tu experiencia emocional: aprende a detectar cuando estas sintiendo una emoción
Toma conciencia de cómo estas reaccionando, nota lo que esta sucediendo en tu cuerpo y acepta que esta pasando: estas sientiendo una emoción.
Luis puede notar como se tensa su espalda y una sensación de opresión en el pecho
2. Reconoce y nombra lo que sientes
Asignale un nombre a lo que estás sintiendo. Pregúntate:
- ¿Qué emoción estoy evitando? (¿Es enojo, tristeza, miedo, frustración?)
- ¿Dónde lo siento en mi cuerpo? (¿Tengo nudo en la garganta, tensión en el pecho?)
Ponerle nombre a tus emociones te ayudará a entenderlas mejor y a quitarles ese poder abrumador. Puedes usar la rueda de las emociones para ayudarte en esto.

También te recomiendo mucho el libro Atlas of the heart de Brené Brown, y su especial de 5 episodios en MAX sobre el tema. Puedes ver el trailer aquí.
3. Acepta lo que estas sintiendo
No lo niegues, estas sintiendo lo que estas sintiendo. Sea lo que sea, no lo juzgues. Acepta que esta ahí.
4. Recuerda que las emociones no son permanentes
Por su naturaleza, las emociones son temporales. Esto que estas sintiendo pasará. Así sea la tristeza más profunda o el enojo más intenso, pasará.
5. Acepta las emociones como información, no como amenazas
Las emociones no son «malas» ni «buenas», simplemente son información que nos dice algo importante. Por ejemplo:
- El enojo puede indicarte que alguien cruzó tus límites.
- La tristeza puede señalar que algo que valoras se perdió.
Cuando aceptas lo que sientes sin juzgarlo, dejas de verlo como un enemigo y empiezas a entender qué necesitas.
6. Deja ir la necesidad de controlar lo que estas sintiendo
No es peligroso sentir. Te lo juro que no. Lo que puede ser peligroso es actuar desde las emociones, pero sentirlas no te hará daño.
Si acostumbras actuar de manera impusiva ante tus emociones es importante trabajar este tema en terapia, ya que si bien muchas veces lo que nos piden es necesario (como huir ante el peligro) otras veces actuar puede ser contraproducente.
Lo que si puede ser funcional al llegar a este paso es procesar eso que estas sintiendo, darles espacio para salir de una manera apropiada. Algunas herramientas que puedes usar son:
- Escritura emocional: Escribe lo que sientes sin censurarte.
- Respiración consciente: Ayuda a calmar el cuerpo cuando las emociones son intensas. No respiramos conscientemente para dejar de sentir, si no para estar presentes en lo que sentimos.
- Actividad creativa: Dibuja, baila, canta… Usa tu creatividad para soltar lo que no puedes expresar con palabras. No lo hacemos para distraernos, si no para acompañarnos.
- Habla con alguien de confianza: A veces, compartir lo que sientes ayuda a liberar la carga emocional.
Reflexión final
Si bien la evitación de emociones puede parecer más fácil, pero a largo plazo te aleja de ti mismo/a y de quienes te rodean. Recuerda: sentir no te hace débil, te hace humano/a. La próxima vez que te encuentres evitando lo que sientes, date un momento para escucharte. Tal vez descubras que detrás de esa incomodidad hay una necesidad que merece ser atendida.

Pingback: - Relaciones y Emociones